Desde mucho antes de tener a Alicia mi esposo y yo tenemos dos gatas, Lila y Canela, las cuidamos como si fueran nuestras propias hijas, y al quedar embarazados muchas personas nos decían que íbamos a tener que salir de ellas porque eso me iba a afectar en el embarazo o que me contagiarían de toxoplasmosis y cuando la bebé naciera le podían hacer daño por celos.
Eso me angustió muchísimo porque yo no quería dejar a mis niñas (soy como la loca de los gatos de los Simpson) entonces hablamos con nuestra ginecóloga, yo creo que mi cara reflejaba mucha frustración, porque ella antes de responder se rió como diciendo “si no le digo que no debe regalarlas se me va a desmayar aquí”, el caso es que ella nos explicó que si las gatas no salían de la casa, no comían nada afuera como bichos, pájaros o basura y estuvieran vacunadas realmente no había ningún tipo de problema, AH! Y por supuesto que no fuera yo quien les limpiara la caja de la arena por el contacto con los excrementos. (Les dejo esta página con información acerca de la toxoplasmosis: http://espanol.babycenter.com/a900778/toxoplasmosis-durante-el-embarazo).
Yo salí completamente feliz y me moría de ganas de decirle a todos lo que me agobiaban asegurando
Eso me dejó muy tranquila y pude seguir disfrutando de mis gatas…cuando nació Alicia tuvimos que dejarlas donde mi mamá pero ya habían otras razones: el abuelito es alérgico a los pelos de los gatos entonces por la tranquilidad y comodidad de todos les dimos un mes de vacaciones a las mascotas.
Desde que llegaron de nuevo a la casa comparten con Alicia, ya no se suben a las camas ni entran al cuarto de ella pero es por los pelitos, ellas han sido muy cariñosas y Alicia es feliz jalándoles los pelos, no es para nada alérgica y nos gusta mucho que desde pequeña comparta con animales.