Yo soy de esas madres primerizas que se sueñan haciendo DE TODO con su hijo, y por eso desde que Alicia nació me imagine como se verías disfrazada (sin importar de que sería su atuendo ese día), el primer Halloween que pasamos con ella fue muy tranquilo porque aún estábamos pasando esos momentos duros de la lactancia y ella era muy pequeña para usar un disfraz, entonces este año decidimos que nos íbamos a desquitar, y así fue, compramos el disfraz más tierno y rellenito que encontramos!… Una tiburón! Si, una tiburón realmente espeluznante y tierna a la vez.
Como era la primera vez en nuestra vida que sacábamos a pasear un bebe en Halloween pues buscamos las recomendaciones pertinentes del caso (no perder de vista a nuestros hijos, no recibir dulces de cualquiera, llevarlo siempre con un disfraz cómodo, cada adulto no debe tener más de dos niños, etc.)
Así que vestimos a Alicia de tiburón el 29 de octubre, y ella estaba feliz con la atención que todo el mundo le daba, por donde pasaba era la sensación y yo me sentía como las madres orgullosas de las películas a las cuales se le ponen los ojos grandes y brillantes, y se les infla el pecho de orgullo con sus hijos.
EL 31 también salimos pero esta vez estaba vestida de Alicia en el país de las maravillas, papá le tomo muchísimas fotos y ella disfrutó mucho caminando por todas partes y viendo niños vestidos como extraterrestres, superhéroes, magos, payasos, etc.
En fin… este fue nuestro primer Halloween de muchos que viene juntos y confieso que esa noche me acosté feliz, sintiendo que cada día disfruto «hasta la última gota» a mi hija… que puedo ser una mamá cliché, pero estoy feliz de imaginar a Alicia grande escuchando todas las historias que papá y mamá estamos construyendo para ella.