Llevo dos semanas trabajando en mis practicas que es lo único que me hace falta para por fin graduarme y ser esa profesional que tanto me he soñado… y he aprendido varias cosas de esta experiencia, por ejemplo a aceptar la vida tal como viene ( así suene muy hippie) y es que mi estructura de personalidad me lleva a ser un tanto controladora (si mi esposo estuviera escuchándome decir eso haría una cara como diciendo: “¿un tanto? ¡MUY controladora!”).
Por eso con muchas lagrimas de frustración he aprendido a aceptar y amar el tiempo que la vida nos impone, aprendí a valorar lo que hoy tengo… y así entendí que cada día al lado de Alicia es muy valioso, porque el tiempo pasa volando (leer con tono de tía chismosa) y como dice un sabio dicho popular: “no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos.”
Otra valiosa y algo penosa lección que aprendí, fue que aunque tengamos planeado y fríamente
Mejor dicho, después de esta experiencia he sacado la conclusión de que debería existir un “destete” para papás, donde enseñen como dejar a nuestros bebes sin que se nos parta el alma en pedacitos,… pero como todo en la vida, es un proceso que nos enseña a ser mas fuertes y más temprano que tarde nos traerá las recompensas que tanto buscamos.