En el embarazo de Alicia todo fue perfectamente cronometrado, medido y se cumplían todas las expectativas de los médicos… peeeero con Miguel todo fue incertidumbre, nos dimos cuenta de que estábamos en embarazo a una semana de cumplir 3 meses!… 3 MESES!!… yo estaba empezando mi decimo semestre de psicología, nos toco adelantar los planes de vivir en otro país, hablar con Raimundo y todo el mundo para que me dejaran salir antes de clases, los médicos no sabían cuantas semanas teníamos de embarazo y por lo mismo no sabían con exactitud cuando iba a nacer mi hijo ya que llevo sin menstruar 4 años….si cuatro años (cosas de la lactancia)… fue una locura!!
El Parto, otra cosa completamente diferente, ya vivíamos en España y encontramos un hospital que tiene parto humanizado, todo súper genial!!
El caso es que como nadie sabia muy bien que día nacía Miguel nosotros simplemente esperamos un día cercano a la fecha probable de parto… y llego día: 27 de Julio a las 2:12 am, me levante a orinar (como de costumbre) pero sentí un dolor que ya conocía… así que desperté a mi novio y le dije : “Novio yo creo que ya va nacer Miguel” y el con cara de dormido me dice : “¿En serio? (yo esa pregunta la interpreto más bien así : ¿tenia que ser a esta hora? jajajaja)”…el caso es que nos paramos de la cama, pusimos música y así pasaron unas 4 horas más o menos ( quien me vieran con esa calma diría que ya he parido 8 niños) y ¡!!PUM!!! llego la contracción que le dijo a mi instinto “ amiguita es hora”.. y así fue, arreglamos todo con mucha tranquilidad ( en el fondo quería gritar y llorar como una desquiciada pero no perdí nunca mi glamour para efectos de tener un recuerdo muy lindo del proceso ) el caso es que a las 7:10 am llegamos al hospital y la matrona dijo las palabras que más bellas que pude escuchar “ Oh madre mía * tono español* pero si ya
Todo fue dolorosamente hermoso, tuve un desgarre bastante fuerte del que luego les hablaré, me sentí totalmente compenetrada con mi esposo… lo ame como nunca y siempre le agradeceré estar ahí en cuerpo y alma.
Y ahora somos cuatro, pero seguimos siendo uno solo!