Este no es mi cuerpo!

Este cuerpo no es mio - lo que no te cuentan de ser mamaCuando nos enteramos que estábamos embarazados mi cabeza se convirtió en un torbellino de preguntas ¿como sería mi bebé?, ¿niño o niña?, ¿a donde iríamos en nuestras primeras vacaciones?, ¿cuál será su nombre?, ¿a quien se irá a parecer?… pero no solo pensaba en ella, voy a ser muy honesta cuando les cuento que también me preocupaban los cambios que tendría mi cuerpo, y es que como a casi todas las mujeres no me gustaba pensar en tener mil cambios que me harían desconocerme, un embarazo es sinónimo de gordura, manchas en la piel, caída del cabello, estrías y otras cosas que estigmatizan este proceso (¿así quien no se asusta?) yo pensaba: ¿y si quedo fea?, ¿Si mi cuerpo no vuelve a ser el mismo? ¿y si después de tener a Alicia no le gusto a mi esposo?

Algo que es cierto es que esto es una realidad a la que todas las mujeres debemos enfrentarnos, porque este es un proceso que inevitablemente va a transformar nuestro cuerpo y lo digo LITERALMENTE: que los pulmones para un lado, que el hígado para el otro, que el estomago para arriba, que la vejiga para abajo, etc. Aunque de estos cambios poco nos dicen, porque en nuestra cultura importa más el físico, y cuando entendí esto cambió mi forma de pensar ¿acaso eso iba a quitarle valor a mi embarazo? Pues no! Así que seguí cuidándome con una crema que recomiendo mucho llamada Luciara (no lo digo porque me patrocinen 😉 ), tomaba agua (y vivía en el baño orinando) y procuraba no rascarme la barriguita (me desquitaba quejándome con mi esposo por no poderme rascar jajajaja!), pero siempre aceptando con amor cada cambio que mi cuerpo tenía, porque comprendí que serían marcas de amor que valía la pena.

Este cuerpo no es mio - lo que no te cuentan de ser mamaEn los primeros 4 meses yo había bajado 3 Kg. Porque vomitaba todo el tiempo, el baño era mi segundo hogar y no se imaginan las vergüenzas que pasaba en la calle, parecía una borracha sentada en los andenes vomitando hasta el alma! mientras mi esposo se quedaba a mi lado esperando que yo volviera a ser persona, lo más chistoso es que me paraba y a los 3 minutos volvía a vomitar! La pancita me empezó a crecer a los 6 meses y de ahí en adelante exploté como una palomita de maíz! poco a poco me fui acostumbrando a no verme los pies y vivir con calor todo el tiempo, pero no se me manchó la piel, ni me dieron estrías (lo cuál me gustó mucho), esto me enseñó a quererme como soy, así tal cual con ese poquito más de aquello y con este poquito menos de lo otro y no dejarme aplastar por tanta crítica social, por parecer de porcelana y estar siempre perfecta… yo decidí que ese no sería un motivo para no disfrutar mi embarazo.

Acerca de Kelly Arbeláez Yepes

Soy la feliz mamá de Alicia y esposa de un hombre increíble llamado Sebastián, tengo 25 años y me encuentro dedicada a nuestra hija. Este blog es un espacio para compartir mi experiencia personal, gracias por visitarlo, ¡estaré feliz de responder los comentarios!.
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